Semana a semana los trabajadores están regresando al trabajo.
El reto es optimizar los recursos actuales, que en la mayoría de los casos se han visto mermados tras la crisis del coronavirus; y -al mismo tiempo- cumplir con las reglas de distanciamiento de seguridad.
La pregunta clave es: ¿Cómo crear valor añadido a las actividades en este nuevo entorno?
Detallamos tres puntos que consideramos fundamentales para optimizar la producción en fase de desescalada:
1. Abordar las preocupaciones de los empleados y la seguridad de las personas
Garantizar la seguridad y el bienestar de los empleados en el lugar de trabajo es clave. Los trabajadores necesitan la orientación y guía de sus mandos superiores. Es importante posicionarse en un lugar cercano y humano para abordar las preocupaciones del personal de manera abierta y transparente. Esta «cercanía» va a ayudar a generar un vínculo especial en un momento que requiere de este tipo de medidas para asegurar la continuidad del negocio.
2. Comunicar cuál es el rol que cumple cada trabajador en la nueva realidad
Una vez que la empresa haya decidido las nuevas medidas de seguridad y de distancia social debe comunicar a los trabajadores cuál es el impacto que estos cambios tienen en sus puestos de trabajo dentro de la “nueva normalidad”.
Es fundamental que las personas comprendan con claridad que su trabajo es clave para la continuidad del negocio. Cada trabajador debe ser consciente de cómo su nuevo rol influye en la mejora de la eficiencia de la empresa.
3. Obtener resultados tangibles a corto plazo
Valores, hábitos y prácticas dentro de una empresa deben estar orientados a mejorar los resultados en un momento tan especial como el que nos toca vivir. La mejora de los procesos puede, y debe, desarrollarse durante la crisis; con el objetivo de resurgir más fuertes y con una mayor ventaja competitiva.
Es tiempo de aprovechar la situación actual para implementar prácticas que permitan reforzar la estrategia, la estandarización de métodos y tiempos y las operaciones. Hoy, más que nunca, es necesario desarrollar a las personas y a los procesos, practicar la innovación y la mejora, incluso en un entorno de teletrabajo, y preparar un arranque vertical y una respuesta estratégica a la nueva normalidad que ya está aquí y ha venido para quedarse.
Desde hace más de 30 años, en Itemsa somos especialistas en proyectos técnicos de mejora de la productividad e incremento del valor añadido y de la flexibilidad.
La productividad, como la innovación, son actividades estrechamente vinculadas a las personas; no son “cosas”. Creemos firmemente en la productividad ética. Pensada, creada y desarrollada para el bienestar de las personas. Nuestro trabajo es hacer que todas las personas puedan sentir cómo los cambios benefician tanto a la compañía como a ellos mismos. Sólo a partir de un compromiso genuino se alcanzan soluciones eficientes.
Una empresa saludable es más productiva
En síntesis, la crisis del Covid-19 significa un antes y un después para muchas compañías. El distanciamiento, las medidas de seguridad y la incertidumbre invitan a practicar la reinvención en un contexto donde todo sucede a mucha velocidad.
La nueva normalidad nos invita, para todos los componentes del sector productivo(indústria, logística, hospitales, hoteles, …), a apostar por motivar y cuidar a nuestros equipos. Un trabajador que se siente valorado es un trabajador eficiente. Promocionar medidas higiénicas y de salud dentro del entorno laboral es un camino a transitar.
La competitividad depende de encontrar nuevas fórmulas que permitan aumentar la satisfacción, el bienestar y la confianza de los empleados. Y, al mismo tiempo, practicar la productividad ética a través de la innovación y la mejora de procesos como actividades indispensables para superar las barreras que nos plantea el mundo post-covid.